[Roberto] !¡Alicia!
[Víctor] ¿Es normal que esto se atasque?
-Es muy raro.
-Será mejor que llame -a la policía.
-[forense] Confirmado, señor.
Es el vestido de comunión de Alicia Vega.
[Casas] Tendrán que acudir a declarar a comisaría.
Todos.
Familiares y trabajadores.
Según tú, que Begoña y Roberto estén juntos, los convierten en sospechosos.
No, ellos no.
Sus parejas.
Begoña Valverde y Roberto Vega iban a irse de viaje un día después de la comunión, pero cambiaron de idea.
Es su diario.
El mismo que le regalaron hace un año, y seguía estando en su habitación el mismo día en que la niña desapareció.
[Víctor] ¿Y si la policía no lo encontró?
[Laura] Es que alguien se lo llevó de ahí.
Eres un cretino.
Es la única cosa en la que estábamos de acuerdo tu madre y yo.
-[Vidal] ¿Qué hora era?
-[Laura] 8:30.
-¿Cómo está tan segura?
-Salgo todos los días a correr y hago el mismo recorrido a la misma hora.
-¿Qué le han hecho a la niña?
-[Casas] ¿Alguno de ustedes reconoce esta prenda?
[Begoña] La chaqueta que llevaba Alicia es de Andrés.
[doctor] Esto es lo más extraño.
La niña ha sobrevivido tanto tiempo en el bosque porque alguien le vendó la herida más importante, la de la pierna.
[Víctor] Bosco, ¿estás ahí?
Esta es la mujer que encontramos en el pantano.
Es Silvia López, la profesora.
-¿Reconoce usted esta prenda?
-Sí, es mía.
Su sobrina la llevaba puesta cuando la encontraron.
[Víctor] ¿Bosco?
[suena música dramática] [Víctor] Todo señala a Bosco.
El mismo cordel del palomar estaba en el clavín de su armario y en la herida de Alicia.
Y esa especie de altar, de santuario.
[Casas] El ADN de los restos que Alicia tenía en las uñas -también es de Bosco.
-Está obsesionado con Alicia.
Tenías que haber visto cómo tenía la casa.
[Casas] Ya he pedido una orden de búsqueda y captura.
¿Eso significa que vas a soltar a Andrés?
[Casas] Tendremos que hacerlo, aunque todos sigan siendo sospechosos.
Me cuesta creer que Bosco organizara algo así él solo.
En esa familia nada es lo que parece.
Nada.
-¿Qué es?
-[Casas] Los análisis de ADN.
¿Recuerdan que Germán Vega no quería que le tomásemos una muestra?
Ahora sabemos por qué.
Germán no es el padre de lo Roberto y, por lo tanto, tampoco es el abuelo de Alicia.
Roberto es mi hijo, lo he criado yo, y me importa un carajo lo que digan los informes médicos.
-¿Cuándo te llamó?
-Ayer.
¿Y por qué no me lo dijiste?
Porque no quería que te pusieras así.
¿Y cómo quieres que me ponga, Pilar?
¿Cómo quieres que me ponga cuando alguien intenta romper mi familia?
Pero él nos ayudó cuando lo necesitamos.
Él nos ayudó por conveniencia.
[golpes a la puerta] El comisario quiere vernos a todos esta tarde en mi casa.
-¿Para qué?
-No me lo ha querido decir.
[suena música dramática] Quiero que encontremos a ese hombre antes de que salga en las noticias y lo sepa todo el mundo.
Que sus hombres rastreen locales, calles, bosques.
Quiero a todas las patrullas en la calle hasta a dar con él.
[Vidal] ¿Qué sucede?
Si hubiera estado aquí, lo sabría.
Tenía asuntos personales que resolver.
Pónganse a ellos ahora mismo.
Gracias.
Hemos encontrado pruebas contra Bosco, el empleado de los Vega, en su domicilio.
Parece claro que fue él quien atropelló y secuestró a Alicia Vega.
-¿Bosco?
-Pero no quiero que los Vega -lo sepan todavía.
-¿Por qué?
Porque no queremos que nadie salga herido ni, ni tener que detener a nadie por que haga una tontería, ¿verdad?
Si fuera su hija que estaba desaparecida, querría saberlo, ¿no?
¿No cree, comisario?
Vidal, si fuese mi hija, hace tiempo que habría hecho muchas tonterías.
Pero, por fortuna, nosotros no pensamos con el corazón, sino con la razón.
[teléfono vibra] Señor.
Sí.
Creo que lo tenemos.
Siento mucho lo de su hija.
No sé qué vamos a hacer sin ella.
-Era insustituible.
-Muchas gracias.
-Es la madre de Silvia.
-Soy Laura, su compañera.
-Hasta mañana.
-[Laura] Hasta mañana.
He venido a recoger sus cosas.
A ella le encantaba que los niños le hiciesen dibujos.
Mira, esa es ella.
Qué bonito.
Yo di la otra clase de cuarto.
¿La de esa niña que desapareció?
-Sí.
-Silvia nunca me dijo nada, pero estoy segura de que le afectó mucho.
Era muy sensible.
Sí.
Muy buena con los niños y muy alegre.
Silvia tenía muchas virtudes, pero nunca fue una persona alegre.
-A mí sí me lo parecía.
-Mira, hija, ya lo había intentado antes, ¿comprendes?
Aquella vez llegamos a tiempo.
Lo siento.
Lo siento mucho.
-¿Han llegado ya los Vega?
-Sí, ya está todo listo.
[Germán] ¿Qué cojones querrá ese comisario?
Pues, ya te lo ha dicho, hablar con nosotros.
[Roberto] ¿Hablar de qué?
¿Por qué en mi casa?
[Inés] Será algo importante.
No querrán que los clientes del restaurante se enteren, ¿mh?
Tú también hablaste con Andrés.
¿Y?
¿Qué te dijo?
Que es inocente.
[Germán] ¿Y por qué estuvo dos días desaparecido tu hermano?
¿Cómo es que su coche acabó en el pantano?
¿Qué pasó?
¿Có-Cómo hemos llegado hasta aquí?
¿Alguien me lo puede decir?
[pitido electrónico] Debo ir.
Pero ¿qué hace aquí Vidal?
[Pilar] Si sabes algo, díselo a tu padre.
No tengo nada que decirle, madre.
[suena música dramática] -¿Papá?
-[Pilar] Germán, ¿qué pasa?
-Bosco.
-¿Bosco?
¿Cómo Bosco?
[Roberto] Papá, es imposible.
Además, ese pobre no tiene luces para organizar algo así.
Tienen pruebas de que fue él quien la atropelló.
Y, además, han encontrado en su casa una espe... una especie de altar con sus cosas.
Santo Dios.
Con dibujos y, y juguetes de la niña.
[Inés] Que no, papá, que no.
Que eso no puede ser.
¿Lo han detenido ya?
[Germán] Se ha escapado.
¿Saben qué va a pasar cuando lo encuentren?
Nada.
Dirán que es un retrasado, que no sabía lo que hacía.
Lo meterán en un centro pagado por todos nosotros y se pasará el día viendo la televisión.
¿Eso es lo que quieres para el desgraciado que casi mata a tu niña?
¿Roberto?
¿Qué?
-Vamos.
-[Pilar] ¿Qué estás hablando?
[suena música dramática] Lo mejor será adelantarnos a ellos.
Si Bosco es tan religioso como dices, creo que sé dónde podemos encontrarlos.
[suena música dramática] [Víctor] Es su perro.
[suena música dramática] Bosco, tranquilo.
Solo quiero hablar contigo.
Vengo a ayudarte.
Vamos.
Vamos.
Ruso.
Ven, bonito.
Edu.
Roberto.
Métete en el coche.
No quería.
No quería hacerle daño.
Germán.
Nunca le haría daño a Alicia, Germán.
Arranca.
-Tienes que creerme, Germán.
-Vamos hacia el bosque.
[Bosco] Germán, por favor, tienes que creerme.
Germán.
Germán, yo nunca le haría daño.
Por favor, Germán.
Comisario.
Muchas gracias, Laura.
Vidal... los Vega han encontrado a Bosco y se lo han llevado en un coche.
-¿A dónde?
-No lo sabemos.
Que todas las patrullas busquen ese coche.
Por supuesto.
Vidal, ¿saben cómo han podido enterarse de que buscábamos a Bosco?
Pues, no tengo ni idea, señor.
Acabaré enterándome.
Si le pasa algo a ese hombre, nosotros seremos los responsables, y cada uno asumirá sus consecuencias.
[suenan sirenas] [suena música dramática] [Germán] Sal del coche.
Que salgas del coche.
Venga.
-[Bosco] Perdóname.
-[Germán] !¡Que salgas del coche!
-[Eduardo] Ven aquí, subnormal.
-[Germán] Tú te quedas aquí.
[golpes] [Germán] !¡Levántate!
[golpes] [llorando] [Bosco] Perdónenme.
Perdónenme.
Carmen, se han llevado a Bosco.
Creo que van a matarlo.
Tienes que llamar a tu marido.
-Tú no eres madre.
-Carmen, escúchame, por favor.
Si matan a ese hombre, no habrá vuelta atrás.
Tu familia estará rota de verdad.
Ya lo está.
[suena música dramática] [pitidos electrónicos] !¡Un médico!
!¡Un médico!
-!¡Un médico!
-[Laura] !¡Corre, por favor!
[Carmen] Un médico, por... Por favor, doctor.
Pase pa... Por, Por favor.
[Laura] Tranquila, tranquila, tranquila.
[doctor] Lleve a 150.
!¡Fuera!
Vamos, amor.
Vamos, amor.
-[doctor] !¡Fuera!
-[Carmen] Vamos, amor.
Vamos, amor.
Vamos, amor.
Vamos.
[doctor] !¡Fuera!
[quejidos] !¡Basta!
!¡Basta!
[timbre de teléfono] ¿Qué pasa, Carmen?
Es Alicia.
[suena música dramática] ¿Qué le pasa, Carmen?
Se nos va, Roberto.
Se nos va. [sollozos] [pitidos electrónicos] [Carmen] No.
!¡No!
No, no.
!¡No!
!¡No!
[Carmen llora] [suena música triste] [golpes a la puerta] Vamos.
Entra.
¿Qué ha pasado?
Vengo a presentar mi renuncia.
¿Por qué?
¿Quieres beber algo?
Esto lo de usar infiltrados fue cosa de Torres.
-¿Lo sabías?
-Lo suponía.
Ni vosotros queríais venir ni yo os querías aquí.
Estaba equivocado.
Gracias a ti y a Víctor, el caso ha avanzado.
La niña está muerta.
Somos todo lo que tiene para que se haga justicia.
Víctor se va, estás solo.
No desesperes.
Ya has llegado hasta aquí.
No puede quedar mucho hasta que el caso quede resuelto.
Aun así, no podemos devolverle su hija a esa familia.
No, pero podemos evitar que el culpable quede impune o vuelva a actuar.
[suena música dramática] ♪ Duerme, niña chica ♪ ♪ Tu madre te guarda ♪ ♪ Duerme, mi pequeña ♪ ♪ Ya no te temas nada ♪ [suena música dramática] [padre] Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la Tierra como en el cielo.
[Víctor] !¡Bosco!
!¡Bosco!
[padre] Danos hoy el pan nuestro de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
[suena música dramática] [Víctor] !¡Bosco!
[suena música dramática] [Vidal] ¿Y tú dónde dices que estabas?
[Víctor] Ya se lo dije, estaba dando un paseo.
[Vidal] Ya.
Demasiada casualidad.
Así que estabas dando un paseo, y mira por dónde.
Descubres a un ahorcado.
Pero es que das unos pasos más, y descubres la cabaña donde tuvieron encerrada a Alicia Vega.
Yo lo veo de la siguiente manera.
Una de dos.
O me estás mintiendo o me estás mintiendo.
-No le estoy mintiendo.
-Ah, ¿no?
E-Entonces, ¿qué?
¿Que tú tienes un sexto sentido para esto del crimen?
A lo mejor deberías dedicarte a la investigación policial.
Como si todo el mundo sirviera para eso.
No me toques los cojones, hijo.
Mi mujer siempre me dice: "Rafael, tú tienes muchas virtudes, pero la paciencia no es una de ellas".
Si lo dice tu mujer.
¿Qué pasa, hijo?
¿Eh?
¿Que te hago mucha gracia?
¿Qué tiene contra mí?
Nada.
Todavía.
-Pero ya encontraré algo.
-!¡Vidal!
Comisario, le estábamos esperando.
El, el marido de la profesora ha encontrado el cadáver y la cabaña con las cosas de la niña.
¿Por qué ha venido sin esperar mis órdenes?
Ah, pero ¿no, no le han avisado?
Le dejé el recado.
¿A quién?
Pues, no sabría decirle ahora.
Espéreme en la cabaña.
Allá abajo ya está todo ordenado.
Haga lo que le digo.
¿Qué tenemos?
Hay hematomas por todo el cuerpo.
Está claro que le golpearon, y también que no fue eso lo que le mató.
Los hematomas son de varias horas antes de la muerte.
Todo apunta a que murió por asfixia.
-¿Se ahorcó o lo ahorcaron?
-Quién sabe.
Tal vez pueda decirle algo cuando haya completado la autopsia.
Pero si le mataron, cuesta creer que lo hiciera una sola persona.
Es un hombre muy corpulento.
[policía] Comisario.
La familia está aquí.
No me dejan entrar.
Es por su bien, señora Castro.
Por bien, ¿eh?
Dicen que tenía ahí a mi niña, y voy a entrar.
Nuestra gente está trabajando.
Y cuando acaben, tampoco creo que le convenga entrar.
Es mejor que nos dejen ocuparnos a nosotros.
Eso es lo que he hecho desde el principio, y mi hija está muerta.
Y no se puede imaginar cuánto lo lamento.
Daría cualquier cosa por que Alicia siguiese con vida.
¿Y a mí de qué me sirve eso que dice usted?
¿Eh?
[suena música dramática] [Eduardo] Me tengo que ir ya.
Pablo casi no ha comido, pero bueno, al menos está tranquilo.
Lleva un rato leyendo.
La policía ha encontrado el lugar donde tuvieron a Alicia.
La cabaña del guardabosques que hay en las lindes.
¿Y?
¿Qué han encontrado?
Cosas de la niña.
Los zapatitos de la comunión y... cereales de esos que les gustaba tanto.
¿A qué ibas tú por allí?
-Yo nunca he ido a esa cabaña.
-No me mientas.
En la cabaña había un paquete de tabacos con esos de que tú haces siempre.
A ver, esa cabaña está abandonada.
Conseguí las llaves, y alguna vez -sí fui por allí con Leti.
-¿A qué?
Es un sitio tranquilo.
Ya sabes, podíamos estar solos en nuestra bola, -fumar un poco de costo.
-Me dijiste que lo habías -dejado, que ya no fumabas.
-Vale, Carmen.
Cuando yo fui, la niña no estaba en la cabaña.
Te doy mi palabra.
¿Y cuánto vale tu palabra, hermano?
Sal de mi casa.
Carmen, yo no le he hecho nada Alicia.
Pero si le cuentas eso a la policía, me van a detener.
[puerta se cierra] [teléfono vibra] Germán.
Sí, sí, ahora mismo voy.
Discúlpeme.
Sí.
[Germán] Nunca encontramos a Bosco.
Nunca le pusimos la mano encima y, desde luego, -no lo ahorcamos.
-Es que no lo hicimos.
[Germán] Si alguno de vosotros tuvo algo que ver con eso, prefiero saberlo ahora.
Víctor, ¿por qué no preparas un café para todos?
Vidal me ha dicho que a Bosco lo encontraste tú.
Y que él no cree que sea una coincidencia.
Yo tampoco lo creo.
-Yo no lo hice, Germán.
-No, claro.
Pero si lo hubieras hecho, estaría bien.
La niña no era nada tuyo.
Eres el único de nosotros de quien no va a sospechar.
Comisario.
-Eh, ¿un café?
-[Casas] Gracias.
Siento lo de su nieta.
Sé de que estaba de Dios el llevársela.
Lo de Bosco no debe de ser cosa de Dios.
No quieren enterrarlo en sagrado.
Así se hace de siempre con quienes se quitan la vida, comisario.
Por edad, debería usted saberlo.
No soy tan mayor, son los disgustos que me avejentan.
Además, saber las cosas no sirven de nada si no se pueden probar.
No, no lo entiendo qué me quiere decir.
Sé que, que usted y otros salieron a linchar a ese hombre, y que le dieron una buena paliza.
Y no descarto que alguno acabase la tarea y lo ahorcara.
Pero, de momento, no puedo probarlo.
Hemos encontrado pruebas de que a su nieta la tuvieron encerrada en esa cabaña abandonada.
La cabaña del guardabosques.
¿Quiénes de ustedes conocen ese sitio?
Querrá usted decir quién no lo conoce.
Esa cabaña lleva ahí 50 años.
-Pero ya no se usa.
-No, ya no se usa.
¿Y alguno de ustedes ha estado en ella recientemente?
¿Para qué quiere saberlo, comisario?
Intento aclarar las circunstancias del secuestro de su hija.
¿Aclarar?
Mi hija está muerta... -y Bosco es el culpable.
-[Casas] Lo veo muy convencido.
A lo mejor tiene más pruebas que nosotros.
Si hay algo que tengo claro, es que Bosco no tenía luces como para organizar un secuestro y mantener a la niña encerrada tanto tiempo.
Si lo hizo, no lo hizo solo.
Es posible que el verdadero secuestrador siga libre y que sea alguien especialmente interesado en que otro pague con las culpas.
Vieron entregarle una bolsa de deporte a Bosco por la noche, pocos días antes de que Alicia apareciese.
¿Es eso cierto, hijo?
Bosco me dijo que quería ayudar.
Le di algo de ropa para que su perro buscase el rastro de la niña.
Está claro que todas las noches iba al bosque.
Espero que no hayan sido ustedes, que no hayan matado a quien tal vez sea inocente.
No me gustaría que tuviesen que cargar con eso el resto de sus vidas.
Buenos días.
¿Quién iba a pensar mal de él, padre?
[suena música dramática] Si Bosco tuvo algo que ver con el secuestro, no lo hizo solo.
Y si alguien lo mató, es posible que haya sido su socio.
¿Crees que haya podido ser uno de ellos?
No.
No tienen por qué mentirle a Germán.
Y si lo hubiera hecho él, tampoco hubiera preguntado nada.
Y de la cabaña, ¿dijeron algo?
Lo que tú oíste.
Está claro que el secuestrador tuvo encerrada a la niña allí.
Eso es seguro.
Y, por examen forense, sabemos que no la tenía atada.
Es todo lo que sabemos, al menos, de momento.
¿Y no hay huellas dactilares?
Sí, pero Científica aún los está procesando.
Pero ¿cómo es posible que en ningún momento hubieran registrado la cabaña estando en donde está?
Es que sí se registró.
La registramos nosotros y la registró Científica.
La última vez, hace menos de una semana.
Hay algo más.
Eduardo, el hermano de Carmen, estuvo en la cabaña.
[pitidos electrónicos] [cajera] 10.
¿Por qué no entras?
Vas a acabar preocupándome.
¿Qué pasa?
Sé que quieres mucho a mi hermano.
Por favor, dime qué ha pasado.
Han encontrado la cabaña donde tenían a mi hija.
-Ya lo sé.
-Y tengo la prueba de que Eduardo estuvo allí.
¿Qué quieres decir con eso?
Que por encima del amor que tú y yo podamos sentir por Eduardo, mi niña está muerte, Leti.
He hablado con él, y sé que me miente.
No sé qué hacer.
Él adoraba a Alicia.
No puede haber hecho algo así, Carmen.
No lo sé, no lo sé, no lo sé.
¿Tú has visto algo?
¿Has oído...?
¿Has oído algo?
¿Sabes...?
¿Sabes algo?
¿Algo?
No.
Claro que no.
[suena música dramática] -¿Todo?
-Sí, todo.
Su hermana ha reconocido una cajetilla como esta.
Dice que solo puede ser suya.
Estaba en la cabaña.
Sí, pasé por allí más de una vez, -en alguna de las batidas.
-¿Hace cuánto?
No lo sé exactamente.
Unos 10 días.
¿Hay alguien que pueda corroborarlo?
Claro, sí.
Cualquiera de los que estaban en las batidas.
Pasamos por la cabaña más de una vez buscando.
Y debí de tirar la cajetilla una de esas veces.
Es que no, no sé.
¿Y no ha vuelto allí desde entonces?
-No.
-Piénselo bien.
Es que no tengo nada más que pensar.
Últimamente, mi vida siempre es la misma.
De 8:00 a 8:00 estoy en el quiosco.
¿Qué hace cuando acaba el trabajo?
A las 8:00 cierro el quisco y voy a buscar a Leti al súper.
Y luego nos vamos a su casa y no salimos de allí.
¿Nunca?
¿Ni los sábados?
Leti es muy aprehensiva.
Desde que pasó lo de Alicia, no la puedo dejar sola.
Nunca he sido miedosa, ni siquiera de niña.
Pero ahora... Me confirma que no se ha separado usted de su novio ninguna de estas noches.
Desde que le recoge a usted del trabajo hasta la mañana.
-Sí.
-Todas las noches, ¿sin faltar una sola?
Sí, señor.
Todas las noches.
Señorita Rodríguez, ¿sabe que, si miente a consciencia, estará incurriendo en un grave delito?
Sí.
[Begoña] ¿Por qué no dejas que me acerque a ti?
Ahora todo es más fácil, Roberto.
Escúchame, aunque Carmen no me volviera a mirar en la vida, aunque me dejara... yo no me iría contigo.
Si no quieres a mi hermano, lo mejor que podrías hacer es dejarlo.
-Ayúdame con esto.
-Sí.
-¿Puedes?
-Sí.
[suena música dramática] Nuria, ¿a dónde vas?
Ah... a casa.
Pero a tu casa no se va por aquí.
¿En qué estabas pensando?
Anda, sube.
Ven, corre, sube.
Cuando yo era pequeña, a veces tampoco me gustaba volver a casa.
Prefería quedarme en la calle.
No sé por qué, pero me gustaba perderme por ahí.
¿A tu prima hermana se la llevaron?
No.
¿Y a tu padre se lo llevó la policía?
No.
Entonces, no es lo mismo.
No, creo que no lo es.
La encontré de camino a casa y la he traído.
Nuria, sal.
Nuria.
Entra a la casa.
Adiós, Nuria.
Gracias.
[suena música dramática] Nuria, abre la puerta.
Nuria, ¿dónde está el diario?
-No sé dónde está.
-No me mientas.
Es muy importante que me lo des.
-No sé dónde está.
-Nuria.
Abre la puerta.
Nuria, abre la puerta.
[suena música dramática] Emi.
Emi, ¿cómo se enciende esto?
-Emi.
-Joder, Pablo.
Anda, trae.
A ver.
Vale, mira, se enciende por aquí, ¿vale?
Por aquí puedes cambiar la frecuencia.
¿Por qué se han llevado al tío Eduardo?
Hay cosa que es mejor que no sepas, ¿vale?
Pero el tío Eduardo no le hizo daño a Ali.
Se porta muy bien con nosotros.
¿Qué te pasa?
Voy al baño.
[Pablo] !¡Mamá!
Pablo, ¿qué te he dicho de lo de bajar las escaleras corriendo?
Emi se ha puesto mala.
No me des la chapa ahora, por favor.
[mamá] No vengo a darte la chapa, hija.
A ver.
Esto te aliviará, ya verás.
¿Mejor?
Bueno, ya hablaremos cuando se te pase.
Ahora duerme.
Lo hemos dejado.
Dice que me quiere y que, que le gusto, pero que ya no soy la misma.
Que tiene suficiente con sus movidas como para preocuparse por mis malos rollos.
¿Cuáles son esos malos rollos, hija?
¿Crees que yo no, crees que yo no echo de menos a Ali?
Cielo.
-Hola.
-Hombre, hijo.
Bienvenido.
-¿Qué?
¿Vuelves al trabajo?
-Sí.
Si te parece, había pensado hacer el turno -de cenas esta semana.
-Sí, claro, cómo no.
Lo que pasa es que, bueno, con la poca gente que viene de día, menos vendrá de noche.
Bueno, si prefieres que me vaya... No, no, no, quédate, por favor.
Nunca se sabe lo que puede pasar.
¿Está bien?
Me alegro que hayas vuelto.
[suena música dramática] ¿Por qué me tratas así?
Te acuestas con mi mujer, me das la espalda cuando todos me acusan.
¿Cómo puedes pensar que yo le he hecho algo a tu hija...?
Nunca has tenido los huevos de enfrentarte a mí, pero ¿qué culpa ha tenido mi hija?
!¡Eres un cabrón!
¿Cómo puedes pensar eso?
¿Cómo puedes pensar eso?
!¡Soy tu hermano!
!¡Tú estabas con ella cuando desapareció!
-!¡Tú tenías que cuidarla!
-!¡Eh!
-!¡Lo siento!
-¿Qué pasa aquí?
Nada.
Tienes que hablar con tu hija.
Está ahí atrás.
-Hola.
-Hola.
Oye, sabes que una niña no debe tener secretos con su padre, -¿verdad?
-No.
Tu madre me ha dicho que has encontrado el diario de tu prima.
¿Es verdad?
Hey, mírame, por favor.
Mamá tiene razón, tienes que decirnos dónde está.
Es importante.
[Alicia] 25 de mayo.
Como ayer fue mi cumpleaños, lo primero que voy a poner es mi lista de regalos.
11 de junio.
Doña Catalina me ha puesto un notable en Sociales.
Verás cuando mamá se entere de que a Pablo lo han suspendido.
3 de julio.
Estoy muy triste.
Papá y mamá se han estado gritando mucho rato.
[timbre de teléfono] -[Laura] ¿Sí?
-Tengo una llamada perdida tuya.
-He encontrado el diario.
-¿Y qué dice?
Eh, te lo cuento cuando llegues a casa.
[Alicia] He oído que mamá le decía a papá "¿Cómo puedes hacerme esto?".
No sé qué es lo que le habrá hecho papá, pero tiene que ser algo malo.
Luego, ya solo se oía a mamá llorando bajito.
14 de noviembre.
Ojalá no hubiera visto lo que vi.
No sé qué hacer, no me lo esperaba.
Ahora ya sé por qué mamá está enfadada con papá.
Él estaba en el coche con otra mujer, cerca del Camino alto.
Los he visto cuando iba a la cabaña.
Papá la estaba besando.
Yo no podía ver la cara de la mujer, solo su pelo, y las mariposas.
8 de marzo.
Ya sé quién es, y no voy a dejar que se lleve a papá para siempre.
10 de marzo.
Ella no lo sabe, pero dentro de poco ya no va a poder hacer daño a mi familia.
24 de marzo.
Cuando haga la primera comunión, me confesaré y Dios me perdonará, y ella ya estará muerta.
[timbre de puerta] Hola.
¿Querías algo?
Sí.
A Nuria se le debió caer un cuaderno en tu coche cuando la llevaste a casa.
¿Lo has visto?
¿Podemos ir a mirar?
Sí.
Cojo las llaves y vamos.
Si está ahí.
Eh, no sabía que te referías a esto.
Iba a llevarlo a la policía.
¿Lo has estado leyendo?
Alicia era alumna mía.
Eso no te da ningún derecho.
Será Carmen que decida si entregárselo o no a la policía, no tú.
[suena música dramática] He venido a traerte algo.
¿Y esto dónde... dónde lo has encontrado?
Lo tenía Nuria.
Supongo que se lo dio Alicia.
Se le cayó en el coche, tu vecina no sé por qué no te lo ha traído ella.
Ni por qué lo estaba leyendo.
[suena música dramática] Ponme un café solo, anda, hijo.
Con lo que era esto, y lo que se ha quedado.
Al final va a acabar por no venir ni Dios.
Aquí tiene su café.
Así son las personas.
Uno cree que las tiene de su lado hasta que las cosas se tuercen, ¿no crees?
No todo el mundo es así.
Creo que yo.
Pero eso es porque tú te fías mucho de las apariencias.
Quién iba a imaginar que el subnormal, que en paz descanse, iba a tener las manos manchadas de sangre.
Hey.
Para un cliente que tienes, deberías tratarlo mejor.
-Es tu obligación.
-Mi obligación es atenderle, no aguantar el rollo este de las apariencias.
¿Crees que es un rollo?
Pues, yo creo que es un asunto del que te deberías preocupar un poquito más.
Lo digo por tu mujer.
¿Qué tiene usted que decir de mi mujer?
Que deberías atarla en corto.
Mira, hijo... tú no me gustas, pero una cosa no quita la otra.
Y tu esposa y mi jefe... ¿Entiendes?
¿Por qué no se va a tomar por el culo, inspector?
No te ofendas, hijo.
Vengo a decírtelo para que tomes cartas en el asunto.
¿No lo entiendes?
Pero qué buena persona que es usted.
Cuando en un matrimonio joven la mujer se arrima a las pelotas de un veterano, es que hay algún problema.
¿No crees?
[vibración telefónica] Mira, el veterano y sus pelotas.
Sí, dígame, inspector.
[Casas] Ya ha llegado el informe de científica.
Ajá.
[Casas] Pero antes de hablar con Eduardo Castro, -quiero ver a su novia.
- De acuerdo.
Sabemos que, en esa cabaña, ni la niña ni las cosas de la niña estuvieron hasta hace apenas una semana.
Y según usted y su novio, su novio pasó por la cabaña cuando no habían encerrado en ella a la niña.
¿Me sigue?
¿Cómo es posible, entonces, que en un paquete de cereales que había en esa cabaña hayamos encontrado huellas dactilares de la niña y de Eduardo?
¿Cómo es posible?
¿Me ayuda a entenderlo?
-No lo sé.
-No me interesa lo que no sabe, sino lo que sabe y no quiere decirme.
Entiendo que quiera proteger a su novio, pero, si sigue mintiendo, tendré que acusarla de encubrimiento de un delito.
¿Se reafirman que no se separó usted de su novio ninguna de las últimas noches?
Le repetiré la pregunta.
¿Estuvo todas las noches de las dos últimas semanas con Eduardo?
Me gustaría oírselo decir.
No.
¿Hubo alguna noche que se separaron?
Una.
Era muy tarde.
¿Fue la madrugada que, según el forense, atropellaron a la niña?
Sí.
Él se creí que no me daba cuenta, pero le oí salir.
¿Y cuánto tardó en regresar?
Varias horas.
Cuando volvió, era de día.
¿Sabe a dónde fue Eduardo esa madrugada?
No.
Pero... le lavé la chaqueta.
Y... y estaba manchada de tierra y espinas.
Yo no, yo no sabía nada de esto, se lo juro.
Tenemos el testimonio de su hermana, sus huellas en la comida de Alicia, y ahora la declaración de su novia, Leticia Rodríguez.
¿Va a seguir negando que estuvo en la cabaña en las dos últimas semanas?
No.
¿Por qué secuestró a Alicia Vega?
No, yo no tuve nada que ver con eso.
Y entonces, ¿qué otra explicación hay para todo esto?
Trapicheo.
Vendo droga y la guardo en esa cabaña.
En la cabaña no encontramos droga.
Porque está bien escondida.
Esa noche fui a la cabaña a guardar un paquete con cocaína.
La escondo detrás de una mesa.
Y los cereales sí los aparté, no les di importancia.
Según entras, en la pared frente a la puerta, cerca de la esquina de la izquierda, hay una madera que se mueve.
La droga está detrás.
[policía] Aquí no hay nada.
Vaya día de mierda.
Cada día entra menos gente.
-¿Te vas?
-No.
Es para ti.
Carmen, ¿qué sentido tiene esto?
Mi niña habla de esa mujer.
Os vio.
Volviste con ella, me dijiste que se había acabado.
Dice que ella la amenazó, y ahora nuestra hija está muerta.
¿Qué estás queriendo decir?
Que esa mujer se llevó a nuestra hija.
-[Roberto] No, eso no puede ser.
-[Carmen] Tu niña lo escribió.
Si no te hubieras liado con esa mujer, Ali estaría viva.
Quiero saber quién es.
La policía ya la ha investigado y es inocente.
La policía no ha leído el diario de Alicia.
Carmen, déjame salir.
Es lo que quieres, ¿no?
Antes quiero saber quién es.
Dímelo.
Dímelo.
Por favor.
[suena música dramática] Un momento, ahora vengo.
¿Qué pasa?
Mi mujer ha encontrado el diario de Alicia.
No lo encontró, se lo di yo.
Pero arranqué todas las páginas que hablaban de nosotros.
Arrancaste las páginas en las que salía tu nombre.
Suéltame.
Me estás haciendo daño.
¿Por qué no me dijiste que Alicia nos había visto?
Porque no quería preocuparte.
Amenazaste a mi hija, supiste que nos había visto y la amenazaste.
Yo solo le dije que no contara nada.
Y que, si no te obedecía, harías que se arrepintiera.
¿Se lo dijiste?
¿Se lo dijiste?
Niño, anda, ponnos otra ronda.
¿Quién les ha estado atendiendo?
¿Tú ves a alguien?
-Roberto... -Dime la verdad.
Roberto, te juro que yo no tuve nada que ver con lo que le pasó a Alicia.
Te lo juro... ¿Tú qué haces aquí?
No entras hasta más tarde.
¿Cómo que no?
Joder, otra vez.
A ver si me compro un reloj, porque... Hay gente arriba sin atender, ¿me encargo yo?
No, no, ya, ya voy yo.
[timbre de puerta] Eh, no quiero meterme, pero he visto salir a Roberto.
¿Quieres hablar?
Pasa.
No podía dejar que siguiera aquí, no, no después de lo que escribió mi hija.
¿Tú también lo leíste?
Se veía con otra, y, y yo estuve dispuesta a perdonarle cuando me prometió que, que era todo una tontería, que era algo pasajero.
Yo le creí, le creí cuando me juró que no volvería a pasar.
Ojalá nunca sepas lo que es eso, sentir que el centro de tu vida, tu refugio ya no está.
Te entiendo mejor de lo que crees.
¿Víctor?
Mi anterior novio.
Estábamos juntos desde el instituto.
Era mi mejor amigo, la persona en la que más confiaba.
¿Y supiste con quién te engañó?
No cambió nada.
Esto, esto es diferente.
Alicia los vio y esa mujer la amenazó, y tuvo que ser ella quien, quien le hizo daño a mi hija.
Y Roberto la sigue protegiendo.
Begoña me ha dicho que ibas a llevarle el diario a la policía.
Pensé que podría ayudarles a dar con quien se llevó a tu niña.
Es la amante de Roberto.
Si es la amante de Roberto, eso significa más.
En el diario hay claves que pueden ayudar a la investigación y quizá pueda probar que tu hermano es inocente.
Lo tenía mi sobrina, se lo debía de dar mi hija.
Me lo ha traído Begoña.
Alicia habla de una mujer.
La amante de mi marido.
No dice quién es, pero la llama "La mujer de las mariposas".
Cuando lo lea, comprenderá por qué creo que esa mujer es quien se llevó a mi hija.
Usted sabe quién es la amante de mi marido.
Aunque así fuera, es algo que forma parte de la investigación.
No estoy autorizado a decírselo.
Y, francamente, tampoco creo que deba saberlo después de lo que acaba de decirme.
¿Por qué?
Digamos que es mi forma de asegurarme de que no haga nada de lo que luego tenga que arrepentirse.
La estoy protegiendo de usted misma, señora Vega.
Espero que habérselo traído sirva de algo.
Muchas gracias.
¿Me permitiría que baje a ver a mi hermano?
Es tarde.
Venga por la mañana y podrá verle.
¿Van a dejar que se marche?
No solo depende del diario.
-Ay, perdona, mami.
-No es nada, cariño.
Déjame a mí.
Ve a lavarte los dientes, que se nos hace tarde.
¿Qué te ha pasado?
¿Eh?
¿Esto qué es?
Begoña.
Tu hermano.
¿Mi hermano?
¿Por qué?
Leyó el diario de Ali, decía que yo la amenacé.
Andrés, Andrés, no hagas nada, por favor.
[timbre de puerta] ¿Qué ocurre?
Señora, necesitamos que nos acompañe.
El comisario Casas quiere hablar con usted.
Seguro que no es nada.
Enseguida estoy de vuelta.
Y esto es una orden de registro firmada por un juez.
Vosotros, a lo vuestro.
¿A qué viene esto?
¿No va a decirme a qué viene esto?
¿Por qué se llevan a mamá?
Ya, no te preocupes.
Luego te voy a llevar a ver a la abuela, ¿vale?
Vamos para adentro, anda.
Pero ¿qué hace mi chiquitina a estas horas?
Y qué manos.
Anda, vamos a lavarlas.
Yo creí que te conocía mejor que nadie, pero mi hermano nunca le hubiera levantado la mano a una mujer.
-No sabes lo que pasó.
-Begoña me contó lo del diario.
Ali tenía nueve años, qué más da lo que escribía.
¿Qué más da?
La que acabó muerta fue ella.
¿De verdad tú estás convencido de que tu mujer no tuvo nada que ver?
Tú tampoco pondrías la mano en el fuego por Begoña.
-No digas estupideces.
-Tú también dudas de tu mujer.
Si de verdad confiaras en ella, nada más entrar aquí, me habrías roto la cara en vez de ponerte a hablar conmigo.
No son horas para que esté aquí la cría.
Anda, siéntate ahí con tu tío.
Voy a darle un vaso de leche.
No le gusta la leche caliente.
Cuando se la prepara la abuela, sí.
¿A que sí, cariño?
Los policías se han llevado a mamá.
[Casas] No sé si es consciente de la situación en que se encuentra.
Lo tiene todo en contra.
Usted es la única persona que estuvo en la bodega durante la desaparición de Alicia.
Y no una vez, sino dos veces.
Y fue precisamente en la bodega donde encontramos el traje de comunión.
Cuando apareció la niña malherida en el bosque, llevaba una chaqueta de su marido.
Bueno, cualquiera pudo coger esa chaqueta.
Y no creo que haya nada criminal en bajar a una bodega.
Entiéndame, señor comisario, yo soy la primera que quiere se haga justicia con mi sobrina.
Pero sus insinuaciones son absurdas.
-Yo adoraba a esa niña.
-¿De verdad le parece absurdo?
Su cuñada nos ha entregado esto.
Es el diario de Alicia Vega.
¿Habla de mí?
Alicia sabía que usted era la amante de su padre.
La niña escribió que usted la amenazó.
¿Pone mi nombre?
¿Es que hace falta que lo diga?
Habla de la amante de su padre, y nosotros sabes que usted es la amante de su padre.
Y dice algo más.
Reconoce que intentó acabar con usted, y, según ella, en algún momento usted enfermó.
La niña escribió esto el 15 de marzo.
Al principio no hemos dado crédito a esas palabras de su sobrina, pero hemos encontrado esto.
A usted la ingresaron en el hospital de San Marcos precisamente el 15 de marzo.
El diagnóstico fue intoxicación.
Me hicieron un lavado de estómago, algo me sentó mal.
Y encontraron ansiolíticos.
Bueno, tomo una pastilla cuando no consigo coger el sueño.
Nadie va al hospital por una pastilla, y la analítica es la que es.
Bueno, tomé alguna copa y no me di cuenta, por eso me sentaron mal los ansiolíticos.
No me venga con cuentos, señora.
Las pruebas indican que usted tuvo oportunidad de secuestrar a Alicia, y que tenía usted un móvil muy potente para hacerlo.
Creemos que, si el diario la señala, las paginas que faltan las señalaban aún más y que por eso las arrancó.
Señora Valverde, ¿por qué no nos cuenta la verdad y acabamos con todo esto de una vez?
Es cierto, arranqué algunas de las páginas del diario.
¿Por qué?
Porque no quería que Carmen se enterara de lo nuestro.
Bastante ha sufrido ella, ¿no cree?
¿Y qué ha hecho con estas páginas que ha arrancado?
Las quemé.
¿Y ahora espera que nos fiemos de usted, que creamos que en ellas había lo que usted afirma?
No, comisario.
Quemé todas las páginas que arranqué, menos una.
Mi sobrina era muy buena niña, pero tenía mucha imaginación.
"La tía Begoña ya no va a llevarse a papá, no va a poder porque se ha muerto.
Estará blanca, muy blanca, igual que la abuela Dolores -cuando se murió".
-¿Qué opinas, Víctor?
Esto es absurdo, Begoña está viva.
[Casas] Exacto.
La niña mintió al escribirlo.
La cuestión es en qué otras cosas mintió.
Imposible saberlo.
Lo que significa que ningún juez va a admitir el diario -como prueba.
-Y que Begoña Valverde... A Begoña Valverde no podemos detenerla, al menos por el momento.
Todo lo que tenemos en contra suya son pruebas circunstanciales.
¿Y qué hacemos ahora con el diario?
Acaben de leerlo.
Que haya perdido su valor procesal, no significa que no podamos encontrar en él otros hilos de los qué tirar.
Aquí tienen una copia del diario.
Y el resto del interrogatorio de Eduardo Castro.
Mira, ahí está.
Gracias.
No ha querido quedarse en el cole y no tengo con quién dejarlo, Begoña.
No quiero que vea a su tío así.
Claro, no te preocupes, conmigo estará bien.
-Te llamo en cuanto termine.
-Tú no tengas prisa.
Vamos, Pablo.
Pablo.
Tranquila.
-Os dejo que habléis.
-No, por favor.
Quería pediros perdón.
A los dos.
Ahora sé que tú no pudiste hacerle nada a Ali.
Sabes cuánto la quería.
Y con eso debería haberme bastado.
Lo siento mucho, Eduardo.
Espero que te dejen ir pronto.
Ahora tienen otro sospechoso.
No te preocupes, necesita tiempo.
Eres un estúpido.
¿Ya has oído a tu hermana?
Ahora tienen otro sospechoso, si no hubieras contado lo de la droga, -ahora te tendrían que soltar.
-Sí, claro.
¿Y si tú no te hubieses rajado?
¿Hmm?
¿Si no les hubieras contado de la noche que te dejé sola en casa?
Tenían tus huellas en la cabaña en las cosas de la niña, joder.
¿Cómo iba a saber yo que esas cosas eran de Alicia?
Te tendrías que haber quedado calladita.
¿Y qué querías?
¿Que me acusasen de encubrirte?
Yo mejor me quedo afuera.
-¿Dónde lo tienes?
-Yo no lo tengo.
Entonces, ¿quién?
Pues, está bastante claro, ¿no?
[Casas] Habías justificado tu presencia en la cabaña, un asunto de drogas.
Bueno, les juro que les dije la verdad.
Había escondido un paquete con cocaína.
Allí no hay nada de eso.
Es donde yo la guardada.
¿Y quién se la puede haber llevado?
No tienes ni idea, claro.
No tiene lógica que Eduardo se haya inventado algo tan grave como la droga para explicar que estuvo en la cabaña.
¿Y por qué no está la droga donde dijo?
Alguien se la habrá llevado, alguien que conoce muy bien la cabaña donde estuvo Alicia, que pudo estar implicado -que vio algo importante.
-Espera, espera, espera.
Si alguien se la ha llevado, querrá sacarle partido, ¿no?
Prefiero que lleve todo esto Casas.
-No quiero problemas con él.
-El que se llevó la droga sabe que la policía está detrás de ello.
A mí me será más fácil.
Para eso estamos infiltrados, ¿no?
-De acuerdo.
-¿De acuerdo?
¿Así, sin más?
El protocolo, es una orden, así son las normas, ¿nada?
No me provoques.
Me fío de ti.
¿Y qué vas a hacer?
Ir a pillar.
[risa] Tenías que haberlo visto.
[risas] Toma.
Perdona, eh, ¿para pillar un poco de costo?
Eh, pues, mira a ver ahí en el Araña.
-¿Y eso dónde queda?
-Ah, es un garito que queda aquí a la vuelta.
Mira, te metes por la calle esa de ahí y luego la segunda o la tercera a la derecha.
¿Y por quién pregunto?
No preguntes por nadie, hombre.
Tú entras, pide lo que quieras y ya.
Si se fían de ti... Gracias.
Óscar.
[suena música dramática] Papá tenía que proteger a su niña, ¿no?
No me gusta lo que está insinuando.
Ustedes no vieron a nadie y nadie los vio a ustedes.
Algo realmente extraño, teniendo en cuenta que no eran las únicas personas que estaban en ese jardín.
¿No es así, señorita Vega?
Por favor, no le cuentes esto a nadie.
Federico Sanz, el exmarido de Inés.
Nos equivocamos al pensar que estaba en Brasil, -estaba aquí.
-Cuando hay un móvil económico, la consecuencia natural es que el secuestrador pida el pago de un rescate, y aquí no había habido tal cosa.
O sí que la hubo.
-[Federico] ¿Qué me has hecho?
-¿Fede?
No es mío, es de mi mamá.
Pero a mí me gusta mucho.
¿Usted me puede explicar por qué sigue libre?
Lo siento, señora Castro, pero este video no señala a su cuñada.
Este es el video original de la comunión.
Hay tres minutos que no hemos visto.
[Laura] Es Alicia Vega.